“De las múltiples formas en que uno puede ser despistado, la suya era una más. Estaba cansado de terapeutas que en internet dan recetas mágicas para curarse de la enfermedad del despiste. Su última pareja se lo echaba en cara. - No te acuerdas de lo que te digo porque no te importo y no me prestas atención, - le decía. Era un juicio de una simplicidad que le causaba dolor y, a él, ya acostumbrado a este tipo de afirmaciones, no le costaba profundizar para descubrir el fondo de la afirmación. Y es que cuando se eliminan alternativas o se obvia determinada información nunca sucede de forma desinteresada, los intereses del victimista o el narcisista, personalidades que frecuentemente se estrechan la mano, subyacen, ocultas al pardillo, accesibles a la persona que ha sufrido el suficiente número de puñaladas en la vida.”

Damos por hecho muchas cosas, como por ejemplo, que “la forma correcta de ser” es el de máquina registradora, que tiene que almacenar y registrar todos y cada uno de los detalles de una conversación. Quizás no sea más que fruto de la obsesión que Fernando, el protagonista de esta historia, siempre había observado y rechazado por interiorizar todo tipo de contenidos inútiles, sin juzgarlo, sin criticarlos. Él, desde joven, lo había rechazado de pleno, aunque se daba cuenta de que en la sociedad, el supuesto dominante del sistema docente había calado con fuerza. Poco pensar y mucho recordar.

El jefe dice y el trabajador memoriza y ejecuta. Esto provoca la máxima productividad y eficiencias. “Calla y obedece” - me dijo mi último jefe horas antes de que le mandase a paseo. Por mucho que psicólogos, psiquiatras y terapeutas se pongan al servicio de la eficiencia y la sociedad entera se empeñe en que eso sea importante, jamás alcanzará para mí la relevancia exigida. Mi mente no divaga en vano, no filtra la información con intención de dañar al que tengo delante, ni hacerme sentir bien, mejor o superior. Mi mente tan solo trata de comprender, de integrar la información con la ya almacenada e identificar carencias de información.

Que identifiques carencias en la información desarma a manipuladores, victimistas egocéntricos y narcisistas que tratan de cubrir contigo sus necesidades. Para ellos, el tiempo es fundamental, se debe exigir una respuesta rápida, inmediata y superficial. Es la forma que tienen de colarte la información que precisan para manejarte a su antojo. Pero nadie te obliga a seguirles el juego, date tiempo, deja que los silencios inunden el lugar.

Fernando Gastón

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