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No veríamos el talento ni que nos cayese encima

Estas vacaciones decidimos ir a Londres con todos los niños, sobrino incluído. Visitar una capital con tres niños y un bebé por acompañantes es poco menos que una heroricidad. Para facilitar las cosas decidimos alquilar un apartamento en las afueras y realizar el viaje en coche (aprovechamos para pasar por París a ver mi hermano). Después de 36 horas de viaje llegabamos a destino. En los siguientes días, a pesar del cansancio ya acumulado nos dedicamos a visitar museos, conocer lo super conocido como el Tower Bridge o el Big Ben y pasear y descubrir rincones menos conocidos(mis favoritos) pero espectaculares como Saint Katherines Docks (gracias al Geocaching).

La siguiente semana de vacaciones discurrió ya en el entorno nacional, concretamente en Fuencalderas, pequeño pueblecito absolutamente desconocido, ubicado en el norte de la provincia de Zaragoza, donde nació mi abuela. Nadie esperaría mucho de un minúsculo pueblecillo donde en invierno habitan no más de media docena de personas, el único comercio existente es un bar y en el que a la población más cercana, con más de 200 habitantes se llega por una carretera con más de 26 km de endemoniadas curvas. Si no lo conoce por otros motivos, nadie en una gran capital se va a planificar un viaje con la visita a Fuencalderas y su entorno como excusa. Sin embargo, los mejores instantes y los rincones verdaderamente expectaculares y exclusivos de estas vacaciones  discurrieron por estos parajes. En concreto el momento mágico se produjo en el espectacular mirador de los buitres, un rincón al que llegué con mi hermano en bicicleta, después de más de tres horas pedaleando, recorriendo el último kilómetro prácticamente desfondados después de superar las últimas rampas con pendientes que rondaban el 20% y con temperaturas que a las 2 del mediodía superaban con creces los 30 grados de temperatura (no sé qué hacemos con mi hermano que siempre nos acabamos metiendo en líos de estos).

Una frágil barandilla nos separaba de un abismo que se abría a nuestros pies, un pequeño y espartano refugio de icona era el único atrezzo que en ese punto se podía encontrar, no había atracciones de cartón piedra ni puestos de venta de recuerdos, no había animadores ni nada que pusiera barreras a nuestra interacción con el entorno. No había nada que nos hiciera recordar a la típica descafeinada y enlatada atracción de rapaces en un parque temático. Allí estábamos mi hermano Lorenzo y yo solos al borde de un abismo, viendo como los buitres pasaban planeando a pocos metros de distancia de nuestras cabezas, que dado nuestro agotamiento, debíamos parecerles una cena perfecta. Mientras nos sobrevolaban veíamos sus vientres y podíamos escuchar a la perfección el poderoso vibrar de sus alas contra el viento. Veíamos también en directo como algunos de los quebrantahuesos se dirigían a sus nidos con piezas capturadas entre sus garras, los veíamos llegar a sus nidos dónde, si hubiésemos llevado unos buenos prismáticos habríamos observado a sus hambrientas crías. Todo ello lo disfrutamos con los majestuosos Mallos de Riglos como telón de fondo ¡y gratis!

¿Cuántas personas habrán estado en la Polinesia, pero no habrán visitado las calas del Norte de Mallorca? ¿Cuántas han estado en Londres pero desconocen Barcelona? ¿Cuántas han estado en el zoo de Londres pero no han venido al mirador de los buitres? Andamos por capitales desconocidas mirando a lo alto y apreciando toda su belleza y por Barcelona nos movemos cabizbajos obviando los edificios modernistas que adornan todas sus calles. El refranero nos dice que "siempre es más verde el jardín del vecino" y que "nadie es profeta en su tierra".

Así como cruzamos el mundo para disfrutar muchas de las cosas que ya tenemos en casa, en las empresas nos vamos a buscar el talento fuera, pagando grandes salarios a head hunters para que busquen el talento lejos de donde "también" se puede encontrar. Siempre me he preguntado porqué esto es tan difícil, y supongo que por eso existen las empresas de selección de personal, para localizar el talento donde éste se encuentre; pero, incluso encargando la labor a profesionales reputados, no es de extrañar que te encuentres con candidatos que no se adaptan a tus necesidades a pesar de los minuciosos análisis a los que son sometidos. Muchas son las empresas que jamás lanzarían un proceso interno estructurado para valorar el talento existente y se da por sentado que puertas a fuera será más fácil, arrinconando al personal capacitado que durante años ha permanecido fiel a la compañía y dinamitando de esta manera la cohesión interna. ¿Por qué causas puede acabar arrinconado el talento?

  • Porque a los directivos nos falta desarrollar habilidades afinadas al respecto.
  • Porque no se valora la capacidad de las empresas especializadas para realizar un buen assessment, quizás a causa del excesivo intrusismo en este tipo de servicios.
  • Porque en las organizaciones existen personas con una enorme capacidad para evitar que el talento brille con luz propia: jefes, compañeros y nosotros mismos.
  • Porque arrastramos un pasado que nos hace ser inseguros por herencia e incapaces de pensar que tenemos la fortuna a nuestros pies o a nuestro lado.
  • Porque tenemos idealizado lo que es el talento, pensamos que las personas realmente talentosas son infalibles y a la más mínima todo el mundo acaba cayendo del pedestal(ver caer a la gente del pedestal podría ser deporte nacional en este país). Intolerancia.

Admito sugerencias para comprender porque procedemos así.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

P.D. Los mallos de riglos son los más conocidos gracias a que se encuentran a tocar de la carretera de Ayerbe a Pamplona, pero pocos conocen los Mallos de Agüero, talento escondido a pocos kilómetros de distancia, de mayor belleza y que vieron nacer a mi padre, Lorenzo también. Adjunto foto.

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Qué jodido es ser líder

Hace poco seguía un debate en linkedin cuyo encabezado rezaba así:

¿Porqué habiendo tantos libros, talleres y debates sobre liderazgo, hay tan pocos líderes?

Mi respuesta es sencilla, porque

“lo de ser líder es jodido”.

Es como leer libros sobre pilotaje de F1 y suponer que vas a ganar un gran premio por leerlos. ¡Con suerte llegarías a la segunda curva!

Yo tengo una empresa y se supone que soy su “Director General”, no es lo que pone la tarjeta (pone Socio Director), pero creo que ejerzo de algo parecido. Si leo a los gurús del management, descubro que tengo que ser un LÍDER, ufff, mal vamos… Desgraciadamente lo que tengo que ser es LíDER y no GURÚ, que me parece más fácil pues puedes serlo desde el sofá de casa.

En el debate de Linkedin nombrado anteriormente, buena parte de la discusión giraba entorno a si el LÍDER nace o se hace. Claro, le empiezas a dar vueltas, ¿nací o me estoy haciendo? O ni lo uno ni lo otro…

Si encuentro indicios de que nací Líder, podría dejar correr lo de pretender serlo y me ahorro la trabajina.

Te pones a escarbar en el pasado:

  • Los niños no me daban collejas en clase. Bueno.
  • Nunca me votaban para delegado. Malo.
  • No era el típico tío popular. Malo
  • El típico tío popular tampoco es el presidente de nada. Bueno

Conclusión: no sé si nací Líder, aunque intuyo que no, así que tendré que intentar hacerme Líder, aunque sin saber si me servirá para nada.

Sólo por poner un ejemplo de lo realmente complicado que es esto de liderar, dicen que un LÍDER tiene que tener una VISIÓN; cuando te enteras, lo primero que te preguntas es cómo tiene que ser esa visión y en base a qué la genero. Pruebas con setas alucinógenas mexicanas y te das cuenta que la visión que logras tiene colorines y bichitos psciodélicos que danzan al ritmo de músicas asincopadas, pero no parece servir a fines de gestión. Visto que los psicotrópicos no parecen aportar nada, lo intentas con la meditación Zen, a ver si en plena iluminación se te presenta la visión, pero tampoco nada. No tienes muy claro como tiene que ser esa visión, ¿Qué elementos contiene? ¿Es muy detallada? ¿Cada elemento que conforma la visión aparece minuciósamente descrito? O sea, que aunque la tengas tampoco sabrás seguro si lo es o si es la que necesitas. Malo :(

Repasas las visiones que cuelgan las empresas en la web y te das cuenta que eso necesariamente no puede servir para nada, son excesivamente superficiales para ser operativas. La mayor parte de historias de empresarios de éxito que he podido conocer y en las que se habla de los sueños de juventud del hombre de éxito, tienen un tufillo a montaje a posteriori que tumba de espaldas. Tampoco en el exterior encuentra la inspiración.

Como no tienes más remedio que tirar adelante la empresa, te vas imaginando como puede ser el futuro; si eso es lo que los gurús llaman visión, es otra historia. Aunque te es muy difícil alcanzar un gran grado de concreción, algunas cosas las ves claras y sabes que formarán necesariamente parte de la empresa en el futuro, pero

lo que tienes son una cuantas ideas deslavazadas, que ni mucho menos conforman una visión completa y sin fisuras;

cómo cuando un pintor pinta un cuadro y empieza a hacer bocetos, la mitad de ellos acaban en la papelera, aunque muchos de ellos contienen elementos de lo que será la obra final, todos ellos juntos tampoco constituyen la obra.

Por si fuera poco hacer los bocetos, tienes que comunicarlos a la organización, problema que no tiene el pintor salvo que haya un mecenas detrás ¿y qué comunico de todo eso? Eres consciente de que el equipo confía en que el proyecto que estemos tirando adelante forme parte de sus sueños individuales y te das cuenta de que

 tienes el deber moral de ayudarles a decidir si este barco es el que encaja con su futuro,

y eso es comunicación importantísima, pero tampoco puedes estar continuamente comunicando bocetos de un cuadro que se dibuja conforme el tiempo pasa. Se supone que un exceso de bocetos en la papelera pueden hacer caer la confianza del equipo en el proyecto, te toca decidir qué cuentas y qué no.

Además, la visión cambia y el entorno cambia y surgen oportunidades y de repente te das cuenta de que tu visión puede ser mejor todavía y la modificas y  ganas confianza en el proyecto, pero viene la crisis y te quedas sin pintura, te parece un ejercicio estúpido planificar a muy largo plazo cuando todos los gurús te dicen que empieza un nuevo mundo y te acojonas, ¿tendré que tirar todos los bocetos a la basura? J…. ¡Si ni tan siquiera sé si la visión o lo que sea que tengo entre ceja y ceja es válida, ni inspiradora, ni realista, ni nada de nada! ¡Y encima tienes que comunicarlo con entusiasmo!, pero claro, tú tienes mil dudas. Y te preguntas ¿Y si soy un loco manipulador? Como nunca he visto uno de cerca…

 ¡Y Sólo hemos hablado de la visión!, que a lo de la visión le tienes que sumar lo de la experiencia y lo de la capacidad de comunicación y lo de los valores (lo de los valores tiene tela marinera, en realidad es complicadísimo y cualquier tontería sobre ellos suena bien), y la ética y la igualdad y la conciliación y la estrategia y… Uff, se me hace más largo que la subida al Tourmalet.

¿De verdad a alguien le extraña que no haya líderes a pesar de todo lo que se escribe y se puede leer sobre el tema?

Así que con todas las dudas que te generan los textos, al final vas dejando de leer todos libros de management que caen en tus manos y te dedicas a hacer, con un punto de locura, lo que crees que tienes que hacer y que sea lo que Dios quiera. Quizás esa sea la clave…

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

P.D. Felices vacaciones a todos.

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Seguir al primer borrego que pase

Hoy tenía un día ajetreado, me he levantado pronto para ir al aeropuerto. Salgo de Sitges cojo la autopista y cuando llego al peaje los coches se aglomeran en 4 de las cabinas disponibles, me pongo a la derecha y paso ágilmente por la cabina libre. Llego al aeropuerto y los coches provocan colas en dos de los expendedores de tickets, una vez más me cuelo por la derecha y entro rápidamente, evitando la espera. Llego al control de seguridad para acceder a la zona de embarque, allí no tengo un opción, un diligente empleado de una subcontrata me invita sécamente  a colocarme en una de las colas donde

una chica hace equilibrios delante mio con las bandejas en una mano, el trolley en la otra, la tarjeta de embarque entre los dientes, las botas colgando atadas por los cordones de las orejas y arrastrando los piés para evitar resbalar.

Tras cinco minutos de espera, me entran unas ganas enormes de balar como un borrego, lo hago y todo el mundo arranca a reir; al cabo de unos segundos ya no balo solo, una docena de personas me acompañan, creo que se sienten como yo.

Que a pesar de tener otras opciones la gente tiende  a hacinarse en unas pocas colas, es algo que vengo observando desde hace años. No es un fenómeno aislado, casi siempre que hay varias colas y nadie las organiza, se genera "La cola corta": en el cine, en el banco, en las salidas del metro, en las cajas del McDonalds, en el supermercado,... es un fenómeno generalizado y que por lo tanto debe estar asociado a la esencia del universo y del hombre.

Cuando se lo cuento a las personas que no han  realizado las mismas observaciones su reacción es de escepticismo, es difícil convencerles que detrás de estos comportamientos pueda haber una sólida base científica. Mi familia es consciente del fenómeno y he tenido años para ofrecerles cientos de ejemplos, de los que nos hemos beneficiado para salir airosos de las siempre incómodas esperas.

Si sois escépticos os voy a plantear un dramático ejemplo que ilustra el caso de manera ejemplar y que difuminará vuestras dudas. Hace poco saltaba a la portada de la prensa nacional la noticia de unos jovenes arrollados por un tren en la estación de Renfe de Castelldefels. Cuando se dirigían a celebrar la verbena de San Juan a la playa de Castelldefels, docenas de jovenes decidieron acortar su ruta cruzando la vía por encima. A pesar de la enorme longitud que tiene el andén, cruzaron todos por el mismo punto provocando una aglomeración que ralentizó el proceso de encaramarse al otro lado. Las personas que ya habían logrado ponerse a salvo bloquearon la posibilidad de subir al andén a las que venían detrás; cuando llegó el tren, muchas de las personas, que no disponían de espacio para alzarse y salvarse, fueron arrolladas. En el momento de lanzarse a la vía ninguno pensó en que se iba a producir el previsible colapso, todos decidieron cruzar por el mismo punto que el individuo que tenían delante, a pesar de haber cerca de 100 metros alternativos de andén por donde cruzar. ¿Porqué nadie se paró a pensar cinco segundos? ¡Por Dios! Tan sólo con pensar cinco segundos y sin ser ninguna lumbrera se podía predecir el atasco y generar un plan alternativo, salvando trece vidas. Nadie se paró a pensar porque pensar consume mucha energía y aparentemente ninguna compensación a muy corto plazo, lo que hace que la mayor parte de la población vaya por el mundo con el “automático” puesto, se han costumbrado a pensar lo mínimo.

Es más fácil seguir al que tenemos delante, y con el argumento de que otras 100 personas no pueden estar equivocadas, eludir nuestra responsabilidad vital de marcar nuestro propio futuro.

El gregarismo es energéticamente eficiente.

Tenemos un ejemplo muy claro de la actitud correcta para evitar colas en el mundo del deporte. Xavi el ejemplar futbolista del Barcelona y de la Selección Nacional que ayer nos regalaron el campeonato del mundo. La labor de Xavi ha ido cobrando creciente reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. Es una labor gris, no tan llamativa como la que desarrolla Villa, cuyos goles nunca pasan desapercibidos, pero que ahora, después del mundial en que todos nos hemos convertido en expertos, muchos reconocemos como necesaria. Es un excelente ejemplo. ¿Qué hace que sea tan especial? ¡Pensar, Xavi piensa!

  • Está siempre atento a su entorno. Levanta ligeramente la cabeza, estirá el cuello, recoge información y comprende la situación: dónde están sus compañeros, dónde están los contrarios y como todo ello encaja.
  • Actúa con serenidad y confianza. Sabe que si se mueve el balón y los delanteros van buscando los huecos, en un momento dado se producirá la conjunción astral que le permitirá hacer un pase al hueco para que el rematador desmarcado finalice la jugada.
  • Siempre deja el balón en el lugar más adecuado, aunque a nosotros, ignorantes, no nos lo parezca siempre.
  • Transmite ritmo y serenidad a todo el equipo. Es como la música bien interpretada suene rápida o suene lenta, cada nota suena en el momento adecuado.

Cuando observas a Xavi en una entrevista, puedes apreciar esa mirada inteligente, notas como cada una de sus palabras está perfectamente medida y puedes apreciar y contrastar su coherencia dentro y fuera del terreno de juego. Me recuerda a Guardiola, quizás terminé como él.

¿Y nosotros que tenemos que hacer para evitar las colas? Pues lo mismo, levantar la cabeza y mirar. Llegas al peaje y levantas la cabeza tranquilamente, verás claramente hacia donde van los coches y hacia donde no van; llegas a la cola del cine levantas la cabeza y miras a través de los cristales hacia qué taquilla se dirige la taquillera que acaba de llegar y todavía no ha ocupado su puesto. Tomas tus propias decisiones basadas en información relevante, marcas tú a donde quieres ir; no siempre sale bien, pero tendrás la satisfacción de ser tu el que controla cuándo y a dónde llegas.

El cerebro humano está especialmente concebido para planificar, analizar situaciones, anticipar los movimientos de los demás, y sin embargo pocos usan sus prestaciones (con el Excel pasa lo mismo).

Las leyes de la termodinámica nos abocan al gregarismo, pero la energía que proporciona el sol a la tierra hace que no seamos un sistema aislado del universo y nos permite saltárnoslas temporalmente, aprovechad esta ventaja puntual en beneficio propio.

Los ejemplos que he utilizado no son del mundo de la empresa, quizás por eso nos resultan más próximos, pero en las organizaciones modernas pasa exactamente lo mismo, falta pensamiento, falta serenidad y sobra acción.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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Cuando la administración se olvida de a quién sirve.

Esta semana ha saltado a las pantallas de televisión y ha provocado que corran ríos de tinta, el incidente con una estudiante, Emma Busons, que por un error en el pago de las tasa de inscripción a la selectividad, al que ella era ajena, ha quedado apartada del acceso a las pruebas de selectividad a pesar de obtener una media en sus calificaciones de bachillerato de 9,4.

Cuando cerca ya de la fecha del examen, el colegio se dio cuenta de la incidencia, intentaron resolverla dirigiéndose a la administración competente en estos casos. Pero, tal como describe Pilar Rahola en la columna que escribió para La Vanguardia,

"se encontraron con una pared en forma de funcionaria que, apelando de forma intransigente a las normas, le dijo que no tenía nada que hacer. Y la enviaron al Tribunal de Incidencias, el cual, según aseguran, "no está para estos casos".

¿Y esto es un caso raro? Pues no, te lo encuentras constantemente en todas las organizaciones. El proceso se define para cumplir un objetivo, permite ser más eficiente en realización de una tarea y garantizar unos mínimos de calidad. Pero el fin del proceso en sí sigue siendo conseguir algo, ya sea fabricar una pieza con excelente calidad a un coste controlado o facilitar el acceso a la Universidad priorizando a los alumnos mejor preparados. Pero el proceso, con los años, acaba convirtiéndose en fin y los empleados de las empresas se acaban olvidando  de que están para servir a los clientes, tal como acostumbra a rezar en la misión de la compañía, y los funcionarios de que están para servir a los ciudadanos. Convierten  a la organización en una máquina.

Cada uno canaliza sus inseguridades como mejor puede, a mí me gusta ayudar a los demás y me gusta aprender, el conocimiento y el apoyo de los demás me proporcionan seguridad; soy poco sistemático, afortunadamente, hay gente en mi equipo que lo es por mí. Y hay a quien le gusta atarse  a normas, ser rigurosos y sistemáticos, les facilita la vida. El seguir las normas a rajatabla les da la tranquilidad de que no están equivocándose y de que siempre tendrán un argumento al que echar mano para defender su actuación en todo momento. Pero

 el mundo es bastante más complejo que lo que cualquier procedimiento pueda cubrir, para ello existe la gestión.

La gestión es aquello que se inventó para asegurar que un organismo sigue cumpliendo sus objetivos aunque el entorno cambie y se empeñe en que mis procesos no sirvan para el fin para el que fueron concebidos. La gestión permite identificar esos cambios en las condiciones de contorno y replanificar cuando la demanda no es la prevista, permite decidir si un pedido inesperadamente grande lo servimos a un precio fuera de tarifa para no perderlo y sirve para decidir si un error administrativo debe frustrar los objetivos personales de una excelente estudiante universitaria. Servir ese pedido inesperadamente grande permite conseguir los objetivos de rentabilidad de la compañía, planificar más recursos de los previstos permite seguir cumpliendo nuestro plan de entregas a cliente y permitir a Emma examinarse permite que una excelente estudiante, aspirante a ser una excelente profesional, pueda salvar la vida de mi hija dentro de 20 años. Yo quiero que Emma sea médico, que lo sea lo antes posible; es más, el país entero necesita que estudiantes como Emma puedan ejercer su función en la sociedad lo antes posible. Esa es la misión de nuestra administración, esa es la misión que nuestros burócratas parecen haber olvidado y que debería estar por encima del procedimiento.

En el caso de Emma sus padres y tutores acudieron a un tribunal de incidencias, que rechazó su reclamación. El tribunal de incidencias debía ser ese organismo de gestión que marcase la diferencia entre que la administración fuese una máquina que trata a los ciudadanos como números o fuese humana y cumpliese por encima de todo esa misión que para con los humanos tiene. Sin embargo, alguien había decidido mecanizar/burocratizar también el comité de incidencias, que tan sólo es capaz de contemplar dos o tres motivos para que una reclamación sea admitida, facilitando de esa manera la vida de los miembros del tribunal. Un desastre, vamos.

Lo lamentable es ver a Josep Ribes, Director de Universitats defendiendo en TV3 la actuación en el caso. Lo defiende ateniéndose a las normas y olvidando para que están aquí él y los empleados de la organización que dirige. En pocas ocasiones se puede encontrar a un Directivo haciendo un ejercicio público tan evidente de incompetencia, irresponsabilidad e inmoralidad. Si, se incumplió el procedimiento ¿y qué más da? ¡ese no es el problema! ¿Este hombre es capaz de imaginarse la desesperación de Emma y quedarse tan tranquilo? Pienso en ella y me viene a la mente el cuadro de Edward Much "El Grito", que ilustra este post.

La semana pasada publicaba mi amigo Antonio una entrada en su recién estrenado Blog en la que tomaba una cita de Marco Tulio Cicerón con recetas para salir de la crisis que asfixiaba a la decadente República Romana:

“El presupuesto tendrá que estar equilibrado, el tesoro tendrá que volver a llenarse, la deuda pública se tendrá que reducir, la arrogancia de la burocracia tendrá que ser atemperada y controlada y la ayuda a las tierras extranjeras tendrá que eliminarse para que Roma no entre en la bancarrota. El pueblo debe otra vez aprender a trabajar en vez de vivir de la asistencia pública” (Cicerón 55 aC).

Ese es el discurso de Josep Ribes: arrogancia burocrática que pretende defender lo indefendible.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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Asterix, Obelix y la burbuja especulativa

Hace ya muchos años que empecé a leer las historias de Astérix. Astérix y los juegos olímpicos fue el primero que me regalaron a finales de los 70, desde entonces, toda la colección ha pasado por mis manos. Sólo los que han leído las historias del galo y su gordo compañero son conscientes de los puntos de ventaja que su lectura proporciona a la hora de abordar una buena partida de Trivial. La geografía europea y toda su terminología romana: Helvecia, Lutecia, Hispalis,… las tradiciones de cada país: los toros en España, las fondues Suizas,… la historia de Roma/Europa, …

Pero la relectura de las historias de Astérix, ahora ya de la mano de mis hijos, me ha deparado una verdadera sorpresa al descubrir una lección de economía y, más en concreto, una lección sobre el proceso de creación y destrucción de las burbujas especulativas sobre activos. Resumo la historia:

Después de haber arrasado una vez más un campamento romano, el César se muestra desesperado de su incapacidad para doblegar a los galos. Cayo Coyuntural le sugiere un maquiavélico plan para forzar la decadencia de la Galia.

Cayo empieza a comprar menhires a Obélix mediante el crédito ilimitado que le concede el gobierno. Obélix, seducido por las potenciales ganancias en sestercios que el negocio le proporciona, deja de cazar jabalíes para dedicarse a la producción, venta y distribución de menhires. Poco a poco casi todo el pueblo entra en la dinámica. Unos cazan para Obélix, que ya no dispone de tiempo para ello, aunque es lo que más le gusta, otros pican piedra para él y otros le tejen lujosas vestimentas.

Astérix está desolado pues su amado amigo ya no le hace caso y no le acompaña, tan sólo le preocupa ganar más. Sus reflexiones con Panorámix(el druida) no tienen desperdicio. Ambos están especialmente extrañados, pues no saben para que sirve tanto menhir, de hecho nadie lo sabe. A los demás les da lo mismo, como ganan dinero, pierden completamente de perspectiva la irracionalidad de lo que están haciendo…

Pronto la competencia empieza a surgir, el pescadero produce menhires, edadepiédrix(el vejete) también se une a la moda y lo mismo eseatumátix(el herrero).  Ante el exceso de oferta el gobierno empieza a comercializar los menhires, que compra a los galos, a todo el pueblo romano. Se convierte en un producto de moda, si no tienes tu menhir no eres nadie. Los propios romanos empiezan a producir menhires y ante el intento de veto por parte del César de su producción, la asociación de fabricantes se revela, ya que muchísimos puestos de trabajo dependen de esta industria.

Tanta sobreproducción, forzada por el propio panoramix que quiere desmontar el sistema y que proporciona la pócima a todo aquel que quiere producir, acaba haciendo quebrar el sistema. El precio del menhir esta por los suelos y ya nadie los quiere. Los últimos en enterarse de la crisis son los galos que siguen produciendo a destajo. Cuando descubren que ya nadie quiere sus menhires estalla la revolución. La tensión entre los galos crece y se produce una enorme batalla campal que acaba devolviendo las aguas a su cauce. El sestercio se devalúa y los campamentos romanos vuelven a ser arrasados para divertimento de los galos, que recuperan su espíritu y  lo celebran con una gran fiesta donde se ponen hasta las orejas de jabalí asado.

Si miramos la fecha en que este libro fue editado, descubriremos que data del año 1976, a medio camino entre las crisis del petróleo del 73 y la del 79. Goscinny y Uderzo ejemplifican con claridad como bajo las burbujas subyace una profunda crisis de valores en la que lo importante pasa a ser la acumulación de riquezas frente a la opción, claramente superior, de cazar jabalíes y reír con los amigos, lo mejor de la vida, para lo que los sestercios aportan poco. Que cada cual lo aplique a su vida personal a su manera.

Desde 1976 hasta hoy se han producido avances tecnológicos sin igual. Aunque no hemos vuelto a ir a la luna, en 34 años hemos creado internet, el Colisionador de Hadrones, el Hubble, la telefonía móvil,… sin embargo, seguimos sin tener ni idea sobre el funcionamiento de las dinámicas de nuestro sistema económico. Asterix y Panoramix han sido capaces de identificar a posteriori una burbuja y desinflarla teniendo que asumir las consecuencias negativas de ello, “La resaca after la fiesta”. Los economistas y financieros del mundo real siguen debatiéndose sobre la predictibilidad y la viabilidad de pinchar las burbujas, es decir no han avanzado nada, aunque el mecanismo por el que se producen las burbujas no parece ser mucho más complejo que el de un chupete. En la Harvard Business Review ha habido últimamente un cierto debate al respecto:

How to survive a bubble: ¿Se puede identificar el momento más adecuado para deshinchar una burbuja?

What Should We Do About Asset Bubbles? ¿Se debe intervenir en las burbujas o debe ser el mercado el que las desinfle?

Asset Bubbles Can't Be Eliminated: Las burbujas son una mezcla de expectativas crecientes, instinto gregario borreguil y exceso de liquidez. Si eliminamos las burbujas tendremos inflación.

Como el instinto gregario seguirá (algún día os contaré mi teoría de la cola corta), los bancos seguirán prestando con más alegría cuando las cosas van bien que cuando van mal y el gobierno seguirá animando la economía inyectando dinero donde no debe y cuando no debe, podemos ir esperando las próximas burbujas: la de las energías renovables, la del cobre, la del CO2 y sus derechos, la del agua dulce,… Suerte y que cada uno saque tajada de la que pueda si sus valores se lo permiten, claro.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

Director General

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Editor en jefe sumarísimo

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