Ser imprescindible es una carga demasiado grande, así que a todos nos interesa trabajar para ser sustituibles.
A menudo decimos eso de que nadie es imprescindible. Lo decimos sobre todo cuándo vamos a prescindir de alguien. Se lo decimos también a ese alguien para que le quede claro que no lo necesitamos. Es más un ejercicio de autoconvencimiento y de orgullo pero, ¿hasta qué punto es cierto?
Encontrar capital humano es todo un reto para las organizaciones. Pasas por un proceso de selección, de adaptación, de formación y de integración. Es una de las mayores preocupaciones de cualquier directivo y la eterna lucha de los departamentos de recursos humanos. Pero, ¿basta solo con encontrar a la persona adecuada? ¿Ya podemos descansar? Definitivamente no.




