Gestión de estructuras y procesos que permitan la progresión innovadora de las organizaciones.

En general, la innovación se desarrolla de manera autónoma, no estructurada ni sistematizada en diferentes áreas de la organización. Dependiendo de la división o área de la compañía puedes encontrar intensidades diferentes de innovación, diversidad en las formas de abordarla, etc. Al no responder la innovación, en la mayor parte de las organizaciones, a modelos claros, existe el riesgo de:

  • No estar innovando en aquello que es realmente prioritario desde un punto de vista estratégico. Lo que puntualmente surge como innovador se implanta, mientras ideas más interesantes, de impacto y estratégicas se quedan en el tintero

  • Seguir un proceso de innovación que no sea el más adecuado:

  • Porque no se esté implicando a todo aquel que puede aportar.

  • Porque no se fomente suficientemente la generación de ideas.

  • Porque no se filtren aquellas ideas que no son prioritarias.

  • Porque por comodidad no se estén impulsando proyectos que para su ejecución requieran de una buena gestión de la transversalidad en la organización.

  • Que lo desarrollado en un área no se aproveche en otras áreas de la compañía.

En resumen, podríamos decir que no se esté aprovechando al máximo el potencial de innovación de la compañía.

Llegado este punto, uno se puede plantear el lanzamiento de un programa corporativo de innovación y para ello crear un área corporativa que impulse la generación e implantación de nuevas ideas en todas las áreas de la compañía.

Desde ese área de soporte a la innovación, se plantearía la mejor forma de abordar el desarrollo de la innovación a nivel corporativo. Los principales objetivos de esta área serían:

  • Poner en marcha un proceso de innovación compartido por toda la organización, que contemple desde la concepción de propuestas hasta su ejecución.

  • Desarrollar las capacidades necesarias en las personas implicadas en la innovación.

  • Gestionar los procesos de la innovación para el alineamiento e implicación de las personas.

  • Dinamizar las áreas y gestionar el proceso de transformación hacia la innovación.

  • Participar en determinadas fases del proceso de innovación.

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Pero antes de poner en marcha dichos procesos, es fundamental tener un profundo conocimiento de cómo se está desarrollando la actual actividad innovadora de la compañía. Así lograremos evitar desmontar los puntos positivos de la organización y asegurar que el proceso de transformación se desarrolla con el mínimo esfuerzo de todos. Si quieres minimizar el riesgo de entrar en procesos de destrucción de valor, es fundamental lanzar un anteproyecto que te permita:

  • Conocer la actual actividad de innovación existente en las áreas de negocio y evaluar su alineamiento con la estrategia corporativa.

  • Profundizar en la calidad de las características de la actividad innovadora existente, tanto en el front end of innovation (identificación), como en el back end of innovation (implantación).

  • Ayudar a la innovación existente a identificar y aceptar la necesidad de mejorar la efectividad innovadora.

  • Definir la organización del área de innovación y cómo dicha organización debe estar conectada con las áreas operativas y de negocio de la empresa.

  • Definir un estándar de proceso de innovación que sea aceptado por todas las unidades de negocio y seleccionar la tecnología más adecuada para soportar el proceso y las necesidades corporativas.

  • Identificar las barreras a la implantación de una cultura de innovación basada en una gestión centralizada.

  • Desarrollar un modelo de cambio y transformación que facilite superar dichas barreras.

Con todo esto, se tienden a minimizar los riesgos asociados a esta transformación y también la complejidad de llevarlos a cabo de manera efectiva.

En definitiva, las organizaciones innovan por defecto, por lo que lo que tenemos que hacer es, por un lado no eliminar esa capacidad de innovación, y por otro lado potenciar y canalizar esa innovación hacia el camino más favorable para los objetivos de la organización. Un buen trabajo previo de transformación permitirá maximizar las probabilidades de que los diferentes proyectos sean un éxito. 

Fernando Gastón

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