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Prisioneros de la mala leche

El post sobre la mala leche ha generado una considerable polémica a mí alrededor -familia incluida. Todo el mundo está de acuerdo en que es mejor una empresa de “buen rollo”, pero para muchos la mala leche es necesaria, paradójicamente los directivos mala leche parecen conseguir más (para ellos) y la gente responde bien al terror. prisioneroReflexionando sobe ello me ha venido a la cabeza el famoso dilema del prisionero. Dicha paradoja proviene de la teoría de juegos desarrollada por Von Neumann a principio de siglo XX. Este matemático  estudio “los conflictos entre seres racionales que desconfían el uno del otro”, dando origen a un nuevo campo de las matemáticas.  Podéis encontrar una excelente explicación en el siguiente blog: http://uprotgs.blogspot.com/2008/01/paradoja-del-prisionero.html 

De mnera similar podemos imaginar a dos personas que trabajan juntas en una organización que buscan, obviamente,   defender sus intereses:

·         Si ambas confían y colaboran en la búsqueda de una solución, compartiendo información, podrán llegar a un acuerdo razonable, que será bueno para ambas partes.

·         Si una persona decide ceder frente a sus intereses y comportarse de manera sumisa, saldrá perjudicado, su autoestima se vendrá lucha tras lucha abajo y acabará por convertirse en un puro ejecutor, adoptando una actitud gregaria.

·         Si, juegan en un clima de desconfianza, pensando que la otra persona va contra sus intereses, se tensarán y estresaran, perderán el tiempo en luchas, y al final los dos acabarán más lejos de sus intereses particulares.

La tendencia instintiva, para defender los propios intereses, es la tercera opción. Pero paradójicamente entonces la organización puede acabar más lejos de sus intereses. No puedo evitar referirme a la situación que se vive en estos momentos en el Oriente Próximo.

Vivimos entre organizaciones belicosas, en las que jefes y empleados se lanzan a la yugular del otro, recibiendo los dos la máxima condena: stress enorme e infarto a los 50.  En esto consiste la recién descubierta  “paradoja de la mala leche”: La falta de cooperación conduce a resultados negativos para todos. La ausencia de confianza produce que ambos en pos de su mejor opción individual, elijan lo que es peor para ellos. agresivo-y-asustado

Existen, sin embargo, organizaciones en las que esto no es así. ¿A qué se deben las diferencias de comportamiento entre unas y otras?

La comunicación

El dilema del prisionero deja de existir cuando se permite la comunicación entre los reos. Si yo puedo hablar con mi cómplice, descubriremos que hay una fórmula para cooperar, que nadie delate al otro, y acabemos ambos con una pena menor.

Si nos comunicamos, si vemos el mapa conjuntamente la tercera dejará de ser la opción dominante.

 ¿Qué aspectos de una organización favorecen una comunicación fluída?

·         Se requiere de tiempo para que la comunicación se produzca. La excesiva presión por el corto plazo, dificulta la comunicación y favorece el conflicto.

·         Unos buenos sistemas de dirección. Una buena implantación estratégica es una herramienta de comunicación que facilita el alineamiento máximo entre diferentes áreas y personas, reduciendo las posibilidades de conflicto. Un buen sistema máximiza la confianza entre las personas de que los intereses del otro están alineados con las necesidades de la organización. Cuando imperan los intereses personales, algo gordo se está haciendo especialmente mal.

·         La cultura de empresa.  Del ir despacio, del exponer todos los puntos de vista. Mirar todas las consecuencias, jugar al largo plazo.

·         A pesar de parecer más cerrados, las culturas orientales favorecen la comunicación. El termino “Nemawashi” se refiere a la comunicación interna que debe  haber entre los miembros de una organización antes de sentarse en una reunión a  defender sus puntos de vista y buscar soluciones a problemas,… Existen empresas que procesos como este los tienen formalizados y en las que los enfrentamientos están muy mal vistos.

·         Ser conscientes de que la mejor opción es la colaboración. En el dilema del prisionero está clarísimo. En el caso del dilema de la mala leche, no lo es tanto y este artículo es mi aportación a que todos empecéis a verlo así.

·         Nadie es tan listo como todos juntos (cooperación y humildad)

·         Si tuviera que elegir un valor que domina sobre los demás para que las cosas vayan mejor, no tendría duda: “La humildad”. Donde impera la soberbia, la comunicación es la primera danmificada. El soberbio no escucha, ¿para qué, si él es el mejor?

El imperativo categórico Kantiano sale en nuestra ayuda para clarificar la situación. “Una actuación es buena si puede erigirse en comportamiento universal”. La mala leche no puede ser buena, porque cuando se extiende de forma generalizada convierte nuestras empresas en un infierno para todos.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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¿A ti te falta mala leche?

“A tí te falta mala leche” este es el consejo que me dio mi jefe. Y el hombre tenía un punto de razón. No tenía mala leche y afortunadamente sigo sin tenerla. Después del comentario, pasé varios años pensando si hacía falta tener mala leche …hasta que descubrí que Toñín tampoco tenía mala leche. Toñín es una de las personas más extraordinarías que he conocido, excelente profesional y humanamente intachable. broncaEran mis inicios como consultor y la empresa para la que trabajaba me había asignado a un proyecto en una fábrica de alambre de acero, la fábrica más destartalada, inquietante y sobrecogedora en la que he estado nunca. En franca decadencia la fábrica era una agrupación de edificios descuidados, algunos de ellos abandonados, con las ventanas tapiadas y rodeados de hierbajos. Tan abandonada estaba la fábrica como la gestión en si misma.

Acabábamos de realizar un análisis del mantenimiento de la fábrica y ahí había conocido a Toñín, el jefe del área, un veterano que rondaba los 60 años. Sólo entrar en su despacho ya te quedabas impactado, era como el despacho de Indiana Jones, todo lleno de papeles, libros polvorientos y en vez de restos arqueológicos, válvulas, rodamientos y motores desmontados.

Cuando presentamos las conclusiones a Dirección General fuimos claros: “El mantenimiento es un desastre”. Pensabamos que se podía aumentar la disponibilidad de las instalaciones en 4 pp y mejorar el rendimiento del personal de mantenimiento, al menos en un 30%, en términos económicos, varios millones de euros. El Director industrial, que sí que tenía muy mala leche, lo achacó todo al jefe de mantenimiento, al que consideraba un pusilánime. Según él la solución pasaba por despedirle.

despacho-toninNosotros defendimos al jefe de mantenimiento. Habíamos revisado las conclusiones y consensuado con él el plan de actuación. A diferencia del Director Industrial, había asumido la responsabilidad sobre la situación y se había comprometido a cambiar. El desafío era enorme, la edad media de la plantilla era de 55 años y la de los mandos 61.

Toñín (Sr. Núñez a partir de entonces) resultó ser el revulsivo que aquella organización requería. Las acciones diseñadas se ponían en marcha de manera inmediata. Desarrollabamos las propuestas con los mandos de mantenimiento y después Núñez las impulsaba.

Era implacable, nadie cuestionaba su autoridad, se apoyaba en dos jefes uno eléctrico y otro mecánico, delante de su equipo nos apoyó al 100% facilitando nuestro trabajo. Su apoyo al proyecto se convirtió en credibilidad del equipo de consultores desde el primer momento. Algo que resulta poco habitual en esta profesión, nos sentimos queridos, respetados y escuchados, durante todo el tiempo.

En 4 meses se estaban consiguiendo todos los objetivos que se habían marcado. Después de la reunión de cierre del proyecto descubrimos el porqué. La compañía hacía unos años había despedido a buena parte del equipo de mantenimiento y Toñín había puesto su puesto a disposición de la compañía en defensa del puesto de trabajo para su dos adlateres. Los apreciaba como personas y los apreciaba como profesionales. El  sabía que sin ellos dos, no podría tirar adelante el área de manera exitosa. Esa actitud era reflejo de lo que era Toñín.

Varias lecciones aprendí y he ido aprendiendomala-leche1

1.     La humildad es más importante que la mala leche.

2.     La mala leche es innecesaria.

3.     Que la mala leche sea necesaria para ti depende de dos cosas: los objetivos que te marques y tu capacidad para respetar ciertos valores.

4.     En el mundo de la empresa falta humildad y sobra mala leche.

5.   Los líderes se mueven por valores y la mala leche no es uno de los importantes.

¿A ti te falta o sobra mala leche?

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

NOTA: El Director Industrial terminó en la calle. Cuatro años más tarde Toñín seguía mejorando la disponibilidad de las instalaciones.

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