En los años 90 yo ya utilizaba todo tipo de artilugios tecnológicos:
De toda la parafernalia que existía en cuanto a todas estas tecnologías no queda prácticamente nada, los smartphones modernos han canibalizado casi todo ello. Los teléfonos móviles antiguos eran de múltiples formatos (con tapa, sin tapa, enormes, reducidos, etc.) y de un vistazo podías distinguir los diferentes modelos. Las PDAs desaparecieron con el boom del desarrollo de apps. De los navegadores GPS mejor ni hablemos. Tan solo las videoconsolas sobreviven a esta extensión absoluta de los smartphones. Y de la guerra absoluta por ser el fabricante que fija los estándares ya prácticamente no queda nada.
¿Has oído hablar de MaaS? La movilidad como servicio es una realidad cada vez más evidente.
Así como los jóvenes profesionales de la generación de millennials muestran tasas más bajas de propiedad de vivienda comparados con sus padres, esta misma tendencia se extiende cada vez más a la propiedad de automóviles.
Condiciones económicas más restrictivas y salarios estancados están lejos de ser las únicas causas de esta situación. Gracias a avances como las aplicaciones de vehículos de transporte con conductor (VTC) y a los alquileres de coches por hora, hoy en día es más fácil movilizarse a través de muchísimas áreas urbanas y suburbanas sin ser dueño de un automóvil.
El IKN y el proyecto INEO son algunos de los ejemplos que dibujan cuál ha sido nuestro trazado hasta ahora, pero como consultoría de operaciones de alta innovación seguimos desarrollando nuevas ideas. Kaizen Team es nuestro próximo objetivo.
Ya estamos de vuelta al trabajo y nos toca retomar todos los proyectos que teníamos en marcha. Es una fase complicada por la que todos pasamos una o dos veces al año. ¿Cómo estaba este tema?¿Por dónde me quedé con este asunto?¿A quién tengo que llamar para ponernos al día?
El punto de vista taylorista/mecanicista ha dominado la escena de los negocios modernos desde que se inventó la máquina de vapor y se desató una implacable lucha por mejorar la eficiencia de las empresas. Con la moda del lean las organizaciones aparentan preocuparse por el contenido de la cabeza de los trabajadores, pero aún así, grupos de mejora y similares se han implantado a base de presión desde las cúspides de poder.
Los estilos de dirección han ido derivando hacia una especie de taylorismo ilustrado, participativo pero forzado, en el que a la gente se le pide la opinión, o al menos eso parece, más bien se les obliga a dar la opinión. Para que parezca que no es forzada la implicación en grupos de mejora, se les pone un incentivo económico para que se sientan obligados. En cualquier caso, en esa forma de forzar la mejora hay una forma de pensar subyacente que tiene sus limitaciones. Es un buen paso, pero hay que dar el siguiente.
Por mucho incentivo que pongas y por mucho que midas el número de propuestas de mejora...
Nunca sabrás cuantas mejoras se están quedando en el tintero y poco sabrás sobre la profundidad de las mejoras propuestas.
Y es esa parte, que no se ve, la que acaba marcando las diferencias entre organizaciones. Nadie mide, porque no se puede, la mejora que están dejando de tener.