Hoy las noticies se hacen eco de un nuevo proyecto de gigafactoría, esta vez en Turín, Italia; suma y sigue.
Este verano pasado estuve haciendo cálculos sobre la capacidad proyectada de fabricación de baterías de litio. La capacidad instalada prevista ya excedía durante los próximos 10 años las previsiones de consumo más optimistas en cuanto a crecimiento de la demanda de vehículos eléctricos. Desde entonces no han parado de aparecer nuevos proyectos de gigafactoria, que ya superan la veintena. Algunos de ellos son de gran magnitud, como el de TESLA, el de IDEC, o el mismo impulsado por Italvolt.
Mis pasadas vacaciones estuve en Argentina, octavo país del mundo en extensión y uno de los más ricos en recursos naturales, materias primas, gas, petróleo y con una agricultura envidiable. Tienen montañas de personas formadas en excelentes universidades; se puede hablar de arte, historia o política con cualquiera y en cualquier sitio. Son 41 millones de personas y una espectacular variedad de ríos, climas y geografía. Vamos, todo un lujo de país. Y sin embargo, no pueden ni extraer suficiente petróleo por falta de inversiones debido a la nula confianza en su seguridad jurídica de las grandes petroleras que en otras circunstancias y países se pelearían por hacerlo.