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Tiger Woods

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Intuición contra el sistema

golf swing finishA pesar de la imagen que tenemos del golf, con el jugador retorciéndose sobre sí mismo y mirando a 300 metros de distancia para ver caer la bola, los largos golpes con el driver (palo que da los golpes más largos) no son lo más importante del golf. Todo el mundo recuerda los geniales golpes de Ballesteros, con su conocido juego irregular desde el tee (punto de salida del hoyo donde se se acostumbra a utilizar el driver), frecuentemente acababa en medio del bosque, teniendo que dar un golpe genial(siempre genial) entre las ramas de los pinos con un hierro(palo para golpes intermedios) , pero tampoco esos golpes son lo más importante del golf. Parafraseando el anuncio de desodorante, “en el golf te la juegas en las distancias cortas”. tiger puttLa esencia de los campeones se deja ver alrededor del green, cuando ya estamos junto al hoyo donde debemos embocar. Allí utilizamos el put un palo tecnológicamente  sencillo y cuyo manejo no requiere de una técnica muy sofisticada. Alrededor del green es donde se requieren las mayores dosis de estabilidad mental; hay que tener en cuenta que en una vuelta perfecta, 18 hoyos jugados al par del campo, el 50% de los golpes los darás, teóricamente, en el green y con el put. La importancia de este golpe queda numéricamente clara.

Las principales dificultades en este golpe se centran en dos puntos:

  • La lectura del green: sus pendientes y velocidad de rodada de la  bola
  • El control mental: como hacer para que la tensión no afecte a tu golpe.

Para garantizar el éxito es fundamental, en todos los golpes y en éste especialmente, el seguir una rutina de preparación precisa. Esta rutina es la que nos permite alcanzar un estado de control mental que evita que los nervios nos afecten. En el caso del golf consta de los siguientes pasos(el siguiente texto se puede obviar, sólo está puesto para lucimiento personal):

  • Visión general del green: si está ubicado al sol o a la sombra, proximidad de arroyos, inclinaciones generales (si cae de norte a sur o de este a oeste), longitud de corte de la hierba.
  • Dejando la bola entre tú y el hoyo y separándote examinas el posible camino de la bola al hoyo teniendo en cuenta las inclinaciones y el estado del green. Si el green no es muy regular te puede interesar dar un golpe más fuerte y recto, más directo al hoyo y que no se deje influenciar por las irregularidades, corres el riesgo de pasarte mucho de largo si fallas. Si el green está impecable, puedes jugar más con las caidas, dejando que sea el green el que domine la bola.
  • Dejando el hoyo entre tú y la bola realizas una segunda lectura de las caídas, verás más clara la zona de influencia más próxima al hoyo, que es la que mas condiciona a la bola. La hierba tiende a crecer hacia los arroyos próximos y tiende a dominar la bola en esa dirección.
  • Ahora ya puedes tomar la decisión: fuerza y dirección del golpe.
  • Te colocas frente a la bola con los pies juntos, sujetas el palo como simpre, respiras un número de veces, siempre el mismo, realizas un swing de prácticas como siempre, bueno, o dos o tres o cuatro (los que hagas siempre).
  • Cierras los ojos y visualizas la bola realizando su recorrido por el green.
  • Si has seguido la misma rutina de siempre, habrás alcanzado un estado de confianza, de seguridad, que te ayudará a minimizar el riesgo de que las manos te tiemblen por culpa de la tensión (especialmente en el último hoyo, si estás en Saint Andrews jugándote el “British”).
  • Ejecutas el swing, balanceas tus hombros con el palo firmemente sujeto por tus manos (aunque sin tensión) escuchas el ruido que produce el contacto de bola y palo, y sólo después de escucharlo, levantas la cabeza para ver como rueda la bola por el camino previsto, hasta entrar.
  • Y finalmente, lo más importante, si aciertas repasa lo sucedido para que en tu cerebro queden reflejados los patrones que definían la situación en la que te encontrabas, reproduce mentalmente las sensaciones, las imágenes, los olores. Si fallas, repasa para entender en que has fallado, visualiza y trata de sentir el golpe que deberías haber dado.

Pero hay ocasiones en que te colocas delante de la bola e inexplicablemente intuyes qué es lo que tienes que hacer, lo ves claro, lo sientes. En esos casos lo que hay que hacer es olvidarse de rutinas, métodos y sistemas y hacer eso, que aunque sólo fuese por unas centésimas de segundo, percibiste que era lo que tenías que hacer. Entonces te pones en posición, sin pensártelo demasiado, golpeas y ves como la bola avanza por encima de la línea, que habías dibujado en tu mente, hasta desaparecer dentro del hoyo. ¡¡¡EAGLE!!!

En el mundo de la empresa existe una tendencia a atarse a los planes. Se decidió un presupuesto hace un año, cuando no teníamos ni idea de cómo iba a ser el futuro, llega septiembre, surge una oportunidad fantástica y la dejamos para el próximo año, porque no está contemplada en el presupuesto.

barco hundiendoseEn esta época de crisis todo el mundo comparte la opinión de que crisis significa oportunidad y que hay que asumir riesgos. Cambiar significa asumir riesgos, todo el mundo reconoce en las conversaciones de cafetera, sin embargo en el momento de la verdad los directivos tienden a atarse a sus viejos paradigmas. Todo el mundo intuye que es lo que se debería hacer,  pero pocos lo hacen. En esta época de inseguridad nos abrazamos con fuerza a nuestras viejas ideas, aunque intuímos que no son correctas, en un un vano intento de sentirnos un poco más seguros frente a la incertidumbre. Pero son viejas ideas que no flotan, que se hunden con el sistema, es como tratar de flotar en el mar agarrándose a un trozo de chapa metálica plana.

Cuando estudiaba socorrismo nos enseñaban que cuando ibas a socorrer a alguien, el principal riesgo es que se agarrase a ti y te ahogase también. Lo mejor en esos casos era dejarse hundir y esperar a que la persona, al ver que tú también te hundías, se soltase (el truco parece bueno, pero no lo he puesto en práctica, gracias a Dios).  En el mundo de la empresa las personas se agarran a sus ideas y se hunden con ellas.

Las viejas rutinas han dejado de servir y si intuímos que hay algo que podemos hacer que pueda marcar un futuro diferente y mejor, hagámoslo, pero hagámoslo ya, no le demos demasiadas vueltas, septiembre es una buena época para probar cosas nuevas. Yo he vuelto de las vacaciones con un saco de nuevas ideas.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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Los valores: grandes músculos

En el juego del golf hay una gran variedad de golpes, unos requieren habilidad, otros potencia, pero todos requieren de gran precisión. Un jugador de golf profesional debe ser consistentemente preciso y esa consistencia la proporcionan los grandes músculos: dorsales, pectorales, cuadriceps… grandes-musculos-del-golf1En los momentos de estabilidad las empresas son como buques atravesando las aguas tranquilas. Se toman decisiones rutinarias a corto plazo y decisiones estratégicas de impacto a largo. Las primeras las tenemos muy por la mano, difícilmente van a generar grandes impactos y las podemos tomar sin grandes traumas. Las segundas son más críticas, pero como su impacto lo veremos a largo plazo, las podemos tomar con relativa frialdad.

La crisis actual esta llevando a muchas empresas a situaciones límite. Situaciones límite que implican tomar decisiones a corto plazo con enorme impacto a corto también, lo que supone una enorme presión. Es en esas situaciones límite donde las personas pueden dar lo mejor y lo peor de sí.

Asistí hace unos días a una presentación del profesor Pablo Cardona del IESE sobre la dirección por misiones. Expuso el caso de una empresa de perfumería que en el último trimestre del 2008 experimentó una significativa caída de las ventas. saltar-abismoLa empresa se planteó un ERE pero finalmente decidió respetar el equipo, apretarse el cinturón y renovar el compromiso con toda la organización. Se marcaron como meta mantener los objetivos y la gente reaccionó apoyando incondicionalente a la empresa a la que pertenecían.

Frente a la opción de despedir a personal -en ocasiones necesaria, no seamos ñoños- prefirieron ser fieles a la misión y valores de la compañía, asumir la plena responsabilidad sobre lo que les estaba ocurriendo y actuar; les salió bien. En una situación tan compleja como la actual, han remontado las ventas y además:

  • Se ha mantenido el capital intelectual de la organización.
  • Todo el mundo tiene más claros que nunca los valores y la misión de la empresa.
  • Se ha reforzado el liderazgo de su Dirección General, gracias al coraje que ha demostrado.
  • Son más fuertes que nunca, están más musculados. Se ha incrementado la cohesión de la organización pues han visto que la actuación en esta situación límite y bajo toda la presión han sido coherente con el pasado, con lo que esperaban y deseaban.

Hay muchas organizaciones que actúan como si la misión y los valores fuesen sólo frases bonitas a mantener en un bonito cuadro en los despachos y pasillos.

Existen multitud de manipuladores que piensan que pueden ir por la vida diciendo a cada uno lo que quieren oir para conseguir de ellos lo que les interesa.

Pero lo que da coherencia a la actuación de los directivos es lo mismo que lo que da coherencia a cada swing de golf de Tiger Woods: Los músculos grandes. En la Dirección de Organizaciones los músculos grandes son los valores.

MASTERS GOLFLa presión que siente un jugador de golf en cada golpe, en un toneo como el Masters de Augusta, es como la de un directivo frente a una decisión en la que se tiene que despedir personas. Son los músculos grandes los críticos en estas situaciones, los que no tiemblan por el miedo. Si tuviésemos que confiar en los pequeños y nerviosos músculos de las manos, de reacciones rápidas e impredecibles bajo presión, difícilmente nos podríamos llegar a colgar la famosa chaqueta verde de Augusta.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

P.D. La caída del golf de Ballesteros tiene mucha relación con lo anterior. Su golf casi artístico, basado en una gran habilidad con las manos, no puede competir con los poderosos y consistentes músculos de Tiger, Mickelson o García. Muchos grandes jugadores han tenido que dejar el golf por culpa de los YIPS. Contracciones involuntarias de los músculos de las manos que se producen en momentos de presión, donde te la juegas en un torneo.

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