La filial de una multinacional farmacéutica tenía dificultades todos los meses para cerrar puntualmente sus cuentas e informar a sus cuarteles generales sobre los resultados. Frente a los 4 días que tenían como objetivo para enviar los informes mensuales, era frecuente retrasarse hasta una semana.

En el análisis previo al proyecto de cambio el equipo de Improva se dio cuenta de que a pesar de que los sistemas de información corporativos no ayudaban, durante el proceso de cierre muchas de las incidencias que provocaban retrasos en el departamento económico financiero se podían evitar.

El responsable del cierre mensual era un excelente técnico pero le faltaban hábitos de gestión y herramientas para ejercerla. En pleno cierre era más frecuente encontrarlo contabilizando que facilitando que sus equipos pudieran contabilizar sin interrupciones o comunicándose con otras áreas para asegurar que toda la información necesaria llegaba puntualmente. Una mejor gestión y sistematizada haría más por los plazos de cierre que cualquier inversión tecnológica de las que se reclamaban.

 

Volver a Sobre nosotros